Y nunca más se supo...

Desde el frío del invierno quiero recordar con cierto pesar un post de hace un par de meses del que nunca más volví a hablar.

A principios de Noviembre, en plena vorágine de cambio de vida (cambio de curro, me hago instagram, empiezo la bbg, me apunto a la San Silvestre) fui víctima del efecto conocido como "Venirse Arriba" y le aposté al rugbier que yo era capaz - sí, yo! - de hacer 50 flexiones seguidas para el 1 de Enero de 2016.

Genial ilustración de Agustina Guerrero - Link a su blog al pinchar!

No hace falta decir que el 1 de Enero ni lo intenté. Simplemente le comuniqué cuando volvimos a vernos que le debía la botella de vino esa que nos habíamos apostado. Al principio no sabía de que le hablaba pero enseguida puso cara de felicidad imaginándose el premio.

 

Oye, en mi favor he de explicar de dónde salió el número 50. Le pregunté al rugbier cuantas flexiones era capaz de hacer él, y me dijo pues no sé... 35-40? Y yo contesté con la boca muy llena de locura, pues yo puedo hacer más! CINCUENTA!!! HOHOHOHO!!!!

 

Para risas las de nuestros amigos, y cuando uno de los compis de su equipo, de los más musculados, se descojonó en mi cara diciéndo que él como mucho - muuuuuuuuuuuuucho - era capaz de hacer 25, me di cuenta de que el rugbier es un ser malvado y manipulador que se ha aprovechado de mi Venirse Arriba para sus oscuros planes viniles.

 

Bah, de cualquier manera el vino me lo voy a tomar yo también, asi que ni tan mal. Y lo que hubiera sido mi premio lo conseguiré de una manera u otra, aunque pase un tiempo (juajuajua). Eso sí, la próxima vez que me venga arriba, sin apuestas, por favor.