jueves, 30 de junio de 2016

Documental Fed Up

Ayer recomendaban en Vitónica unos documentales sobre deporte y nutrición y me llamó la atención el de FED UP, así que lo busqué ayer en Netflix para verlo. Me dejó con la boca abierta, y hoy sigo dándole vueltas a toda la información que contenía.

Lo encontráis en Netflix España (no sé si en otros paises también está), y también más rápido en youtube, con subtitulos en castellano, AQUÍ.
Y aquí tenéis el trailer, subtitulado también al castellano:


Trata sobre la epidemia de obesidad que se extiende cada vez más deprisa en Estados Unidos, y aunque es cierto que la cultura de alimentación allí es distinta a en Europa, también lo es que la cantidad de gente con sobrepeso u obesidad también ha aumentado a este lado del Altántico. 
El documental describe los intentos de varias instituciones de regular el consumo de ciertos alimentos desde hace varias décadas, en especial del azúcar, y los esfuerzos de varios lobbys para que esto no suceda.
Como resultado, la cantidad de azúcar en muchísimos alimentos está muy por encima de la máxima recomendada al día por la OMS y demás instituciones. El peligro es cuando estos alimentos son los que se venden con reclamos de "bajo en grasa" o "light", de tal manera que los consumidores desinformados los compran pensando que están haciéndolo bien. Y es que para que un alimento bajo en grasas siga teniendo sabor, se le sube la cantidad de azúcar hasta niveles muy perjudiciales.

Se puede resumir en dos datos:
  • El azúcar natural de los alimentos, por ejemplo fructosa en la fruta, viene acompañado de fibra que hace que la digestión sea lenta, no haya picos de azúcar en la sangre, y de esta manera el hígado puede digerirla a una velocidad adecuada. 
  • Al ingerir azúcar sin fibra, por ejemplo una coca cola, se crea un pico de azúcar en la sangre y el hígado no tiene capacidad para digerirla tan rápido, por lo que el páncreas se pone como loco a crear insulina para digerir este azúcar. La insulina convierte el azúcar directamente en grasa, no en energía para el cuerpo. 
Así que al consumir alimentos procesados, sobretodo si llevan la etiqueta de "light", lo que hacemos es ingerir una cantidad enorme de azúcar, muy perjudicial para el cuerpo. Además sobrecargamos al hígado y al páncreas, aumentamos la cantidad de insulina en sangre, y si esto se continúa en el tiempo, podemos llegar a desarrollar enfermedades como la diabetes tipo 2.

En el documental daban otros datos como las noticias de niños, sí, NIÑOS, que habían muerto con 9 o 10 años de un infarto por pesar demasiado, del orden del 140-150kg. Repito, niños de 9 años que pesan más de 100 kilos. Aquí literalmente se me cayó la  mandíbula al suelo. 
Claro que luego enseñaban que en los colegios públicos la comida eran pizzas de Pizza Hut y hamburgesas de McDonalds, y luego en casa los padres no entendían cómo podía ser que sus hijos engordaran, mientras la nevera estaba llena de coca cola y sin una pieza de fruta en toda la casa, y todo encajaba.

En los primeros cinco minutos del documental, al ver a los niños obesos, lo primero que pensé fue: la culpa es de los padres. 
Una hora y media más tarde entendí que el problema no es tan sencillo. Por un lado hay que repartir la culpa con el gobierno, que no es capaz de poner comida saludable en los colegios, por otro lado está toda la industria alimentaria con sus lobbys muy potentes que pagan investigaciones que les exculpan o presionan a las instituciones para no publicar informes que les perjudican.

Está claro que como personas, y sobretodo como padres (pues otros dependen de nosotros) hay que estar informado sobre lo que es sano y lo que no, pero también es cierto que es muy complicado si a tu alrededor hay una campaña potente de desinformación y si el gobierno o las instituciones no ayudan. 
Yo misma, al acabar el documental, cogí el paquete de yogures que tenía en la nevera: Activia 1,5% de grasa. Lo había comprado pensando que me venían bien para la dieta y eran sanos, y resulta que con cada vasito de yogur consumo un cuarto del máximo de azucar recomendado al día por la OMS. De dieta, nada!

La conclusión es que hay que consumir alimentos naturales, y evitar del todo los alimentos procesados. El tiempo que ahorras ahora con una pizza congelada lo pagarás en médicos dentro de unos (pocos) años. 

Y es que este es el verdadero apartado de comida "light", "baja en grasa" y "baja en azúcar":

martes, 28 de junio de 2016

La magia del orden - Mi experiencia con Marie Kondo

Como parte de esta nueva manera de vivir que estoy desarrollando desde hace unos meses, me estoy liberando de muchas cosas que no me hacen falta y más bien me estorban:
  • Malos hábitos poco saludables (como apenas beber agua)
  • Comida de mala calidad (la vida es demasiado corta para comer mal)
  • Grasa, grasa y más grasa.
Y lo que no entraba de primeras en mis planes pero también he empezado a hacer:
  • Ropa, zapatos y trastos.
Así que casi de casualidad, o quizás más bien ha sido una causalidad, algo que ha ocurrido siguiendo el orden natural de querer vivir siendo más consciente, estoy dando mis primeros pasos hacia el Minimalismo. 

Ya conté hace unos meses mi primera experiencia con el libro La magia del orden, de la japonesa Marie Kondo, en el que cuenta su método para tener una vida más liberada de trastos, o dicho de manera bonita, como liberarse de toda la mierda que se almacena en casa y no se usa.

Aquí dí un par de ideas de qué se puede hacer con todo lo que ya no se quiere.

Ahora vuelvo con el tema por que hace unos días el rugbier se unió a la locura del orden, viendo lo feliz que estaba después de donar tanta ropa y regalar o tirar tantos trastos, lo bien que está la casa liberada, y se puso a ordenar sus cosas.

El resultado volvió a ser sorprendente: 


A estas bolsas se unieron unas 3-4 más con zapatos, más ropa mía y otros trastos. 

Aún me falta mucho recorrido hasta liberar mi casa (y mi vida de paso) de todo lo material que me sobra y sólo almaceno, como dice Marie Kondo, por melancolía del pasado o miedo al futuro. Yo no quiero estar atada ni a la melancolía ni al miedo, no quiero que mis posesiones tengan tanta fuerza como para definirme, atarme, poseerme ellas a mí. 

Doné la mitad de la ropa que tenía, y dos meses más tarde no recuerdo ni una sola prenda.

Para todos los que querais entender mejor la liberación que se siente al destrastear os recomiendo sin duda el libro de Marie Kondo:


Y vosotros, conocéis ya a Marie Kondo y su Magia del orden?

viernes, 24 de junio de 2016

Reinventándome. Capítulo 3: A comer!

En esta nueva etapa de mi camino hacia una vida más sana, saludable y feliz, tengo que replantearme qué parte de mi alimentación ha mejorado, si algo ha empeorado, y a qué sigo enganchada que no me hace bien.
 
De primeras hay que decir que la dieta que hago no es dieta ni es nada, en el sentido en el que no es restrictiva con ningún tipo de alimento, ni se basa en ningún tipo de libro de ningún doctor. Lo que llevo haciendo desde Navidades es ir cambiando hábitos que ya sabía yo que eran malos, sin necesidad de que nadie me lo dijera, así que en resumen se puede decir que he aplicado el sentido común y un poquito de ciencia.
 
El sentido común te dice cosas como: alcohol casi todos los días de la semana no es bueno. Oh vaya, sorpresa!
La ciencia te ayuda con: al día necesitas X cantidad de Y nutriente para funcionar bien.
 
He unido ambas y estos son los grandes cambios que he introducido en mi dieta, y que han funcionado:
  • 1 litro de agua al día. En el trabajo es una botella que vacío todos los días, durante el finde voy más o menos contando 5-6 vasos de agua.
  • Llevarme la comida al trabajo. Ya me puedo traer lo menos sano, que mientras lo haya cocinado yo, con aceite de oliva y con lo que me gustan las verduras, seguirá siendo mucho mejor que lo que preparan en la cantina, y eso que es bastante sano lo que sirven.
  • Llevarme fruta al trabajo. A media mañana una pieza, a media tarde otra, y no paso hambre en ningún momento ni peco con chocolatinas o café de máquina.
  • Nada de café. Me he desenganchado y ahora sólo tomo café de tanto en tanto en fin de semana. Confieso que fue obligada por que me quitaron la máquina de café y en invierno con la nieve hacía mucho frío para ir al otro edificio a por café... así que, no hay mal que por bien no venga!
  • He aprendido a preparar platos equilibrados. Para comidas y cenas esta es la regla: La mitad es verdura, un cuarto proteína, un cuarto hidratos de carbono. Ya está.
 
  • He aprendido a picotear sano. Entre las comidas principales (desayuno, comida y cena) tomo fruta o yogur con salvado de avena.
  • Nada de refrescos o alcohol. El alcohol lo he dejado como algo especial que disfruto de verdad, nada de una cerveza por que sí o vino barato. Ni refrescos ni zumos de frutas, todo masticado y sin burbujas.
  • Contar calorías. Sé que suena muy restrictivo, pero contar las calorías que como me viene muy bien para entender el valor nutricional de cada alimento, y corregir errores de "demasiadas grasas y poca proteína" o similar.

 
Lo que no me ha funcionado o aun tengo pendiente:
  • Desayunar más sano. Desayuno en el trabajo un paquete de 4 galletas, con muchas calorías para muy poco valor nutricional. Y mucha azúcar. Y el problema es que al tenerlas cerca, la tentación de cambiar la manzana de merienda por galletas es grande, y muchas veces peco.
Cambiar el desayuno: dejar las galletas y cambiarlas por pan con queso fresco, queso fresco o yogur con fruta,... pero nada comprado en paquete para evitar azucares innecesarios.
  • Picotear más sano. Por mucha fruta y mucho yogur casero que tenga a mano, a veces se me escapa un poco de queso, chocolate o galletas.
Seguir intentándolo: nadie es perfecto y no se nace educado. Crear un nuevo hábito necesita tiempo y si a la primera no funciona, a la segunda o tercera seguro que sí.
  • El fin de semana es un gran Cheat Meal: Es salir de currar el viernes y se abre la caja de pandora. Que si vino, que si cervecitas, que si aperitivo...
→ Elegir mis batallas: no puedo estar el fin de semana entero encerrada en casa sin vida social, ni tampoco puedo seguir como hasta ahora que soy un saco sin fondo. Debo elegir un día en el que todo me de un poco igual, pero no pueden ser dos y medio como hasta ahora!
  • El tupper puede mejorar: está claro que es un gran avance traerme la comida al curro, y es muy muy sanota, pero a veces me quedo corta con la cantidad de verdura.
Innovación y Verduras: Nuevas recetas, nuevos platos, y mucha, mucha verdura!

El futuro:

Seguiré con los buenos hábitos que he ganado estos seis meses, que me van a servir para toda la vida. Ya no concibo dejar de comer tanta fruta o verdura como hasta ahora, y sé que en cuanto cambie el par de detalles que aun tengo que mejorar, mi cuerpo me lo agradecerá como hasta ahora ha hecho: mucha más energía, mejores digestiones, mejor sueño, piel más brillante y sobretodo, mucha más salud y felicidad!

jueves, 23 de junio de 2016

La Anemia Contraataca

Ayer recogí los resultados de una analítica de sangre, y nada que no sospechara yo ya... por un lado, el colesterol lo sigo teniendo un poco alto, pero es el bueno, y en comparación con el año pasado, el total ha bajado, así que bien! Por otro... vuelvo a la misma historia de siempre, con anemia ferropénica a todo trapo.

Qué es la anemia ferropénica? El resumen viene a ser que aunque consuma suficiente hierro, no lo absorbo todo (casi nada de hecho) y por lo tanto en mi sangre no hay suficiente ferritina, que es necesaria parar crear hemoglobina, y esta es necesaria para llevar el oxígeno de los pulmones hasta los tejidos (músculos, organos, etc).
Lo que significa que con anemia los músculos no reciben todo el oxígeno que deberían, y por lo tanto subir unas escaleras me deja agotada, y ya no hablemos de hacer deporte intenso. Otros síntomas son mal humor, en gran parte por el cansancio, mareos y bajadas de tensión.

El cuerpo es sabio y yo me imagino que la mayor razon por la que las últimas semanas he estado tan cansada y sin ganas de hacer deporte ha sido la anemia. Mi cuerpo apenas tenía reservas de hierro, y lo último que iba a hacer era gastarlas en deporte.

La verdad es que me sentí fatal, me da mucha rabia la anemia por que me afecta al ánimo y estoy todo el rato cansada y de peor humor.

Al mal tiempo, buena cara!
 
Lo bueno es que es algo con solución, y yo la tengo! Tomo todos los días una pastilla con hierro, con la suerte de que no me sienta mal al estómago (hay gente que no las tolera) y en pocas semanas estoy segura de que volveré a sentirme mejor y con más energía!
Pero mientras tanto tengo que bajar un poco el ritmo, me quedan dos semanas de BBG 2a Ronda y las voy a retrasar un poco hasta sentirme realmente bien, entre tanto haré yoga para seguir moviendo el cuerpo. Después me concentraré el resto del verano en hacer deporte subiendo poco a poco el ritmo.

La lección que aprendo de todo esto es que el cuerpo es sabio, sabe lo que necesita y lo que no puede hacer. Las últimas semanas he tenido más hambre y he estado más cansada, no he conseguido adelgazar, y estoy segura de que en gran parte es por que por la anemia mi cuerpo necesitaba descansar, y comer más a ver si así el hierro mejoraba, y nada de adelgazar no vayan a bajar más las reservas!
Aprendo que hay que escuchar al cuerpo, y que, sin ser hipocondríaco, un análisis de sangre al año... no hace daño!

Y a vosotros qué señales os manda vuestro cuerpo cuando algo no anda bien?

sábado, 18 de junio de 2016

Reinventándome. Capítulo 2: Cambio de Mentalidad

Casi toda mi vida he querido cambiar mi cuerpo, pero no siempre me he sentido incómoda en él. Sabía (y sé) que para disfrutar más de la vida y estar más sana, tengo que estar en un peso adecuado a mi constitución y a mi altura (1,65m), y las épocas mejores he rondado los 60-64 kilos.
Siempre que me he mirado al espejo he visto una chica rellenita, con el culo más grande de lo que le corresponde, triponcio con demasiada grasa, pero no he visto a una chica con un problema de salud. No fue hasta hace un año que me di cuenta de que sí que tenía, o podía llegar a tener, un problema de salud por la única razón de pesar más de lo que debía. 

Ahora, unos meses más tarde y después de bajar de 78 a 72 kilos, me siento más ágil, más flexible y mucho más sana, pero me he estancado. 

En parte mi rutina ha cambiado, y el trabajo requiere mucha más concentración y energía que antes, que no me queda para volver a casa y ponerme a hacer deporte. Por otro lado, mi forma de pensar también es distinta a cuando empecé el cambio a una vida más sana, y es que ahora ya no veo tanta fatalidad en pesar unos kilos de más, al fin y al cabo son "sólo" 7-8 kilos los que me sobran y no 15. 

Supongo que mi mente se ha hecho a la idea de que me he quitado los peores kilos de encima, que ya estoy en una zona segura, que no es tanta la urgencia de adelgazar como antes, que total, la gente ya ha notado que estoy más delgada, eso es un gran resultado, para qué seguir si ya he conseguido lo que quería?
El problema es que NO lo he conseguido. Voy por el buen camino, sí; noto los primeros resultados, sí, la gente también nota el cambio, sí. Pero aún me sobran kilos, aún tengo mucha grasa que no me hace falta, aún necesitan más fuerza mis músculos, aún me queda mucho camino por delante!

Hasta ahora, las conclusiones del cambio en los últimos meses son muy positivas:
  1. Comer más sano me hace sentirme mejor: mis digestiones no son nada pesadas, me siento más ligera, y también me gusta el aire de superioridad que se desprende de "miradme, estoy merendando una manzana. sí, soy dueña de mis decisiones y he decidido comer fruta en vez de ese helado de chocolate que apenas tiene buena pinta. Aquí mando yo, no mi estómago."
  2. Hacer deporte me hace sentirme mejor: desde que hago deporte consigo mantener mejor a raya el estrés y la ansiedad. Me siento, y estoy, más fuerte, más flexible y más ágil, y puedo disfrutar más de otras actividades con mis amigos y mi familia. 


Manzanas amorosas
 
Por eso he reflexionado para volver a preguntarme a mí misma cuales son las razones por las que quiero hacer ejercicio, comer más sano y, en resumen, llevar una vida más sana y saludable. Y aquí están:
  1. Quiero estar sana: ahora mismo me siento sana, mucho más de lo que me he sentido en años! Pero es cierto que antes también pensaba que estaba sana, así que ahora me toca preguntarme si realmente estoy sana, o sólo me siento más sana que antes, pero no todo lo que puedo, y debo estar. La respuesta es sencilla: sólo estoy a la mitad del camino, aún debo bajar de peso y aprender a comer mejor.
  2. Quiero controlar mi ansiedad: no me gusta que sea la ansiedad la que decida qué como y cuanta cantidad. Quiero poder controlarme y comer sano siempre, para poder darme caprichos de vez en cuando, pero caprichos conscientes, de "hoy tengo una cena especial, voy a tomar un poco de vino", y no caer en el "hoy tuve un mal día en el trabajo, me merezco un kilo de chocolate en vena". Me siento mal cuando no soy capaz de manejar mis emociones y pienso que la comida es una solución, por que entonces convierto la comida en un problema. Hacer deporte me ha ayudado los últimos meses, estoy más tranquila y he aprendido a controlar mis sentimientos, aunque aún me queda mucho por aprender.
  3. Quiero vivir amando mi cuerpo: no es que llegara a odiar mi cuerpo, pero nunca, o casi nunca, ha sido algo de lo que he estado orgullosa, ni lo he querido lucir mucho, ni usarlo como puede ser usado. Desde pequeña entré en el modo "niña gordita y patosa de clase" y me ha costado muchos años darme cuenta de que yo no tengo por qué ser eso, algo que alguien decidió etiquetarme en primaria. Yo soy quien decido ser, y decido ser la chica fuerte, ágil y flexible del grupo.  
  4. Quiero estar bien preparada para el futuro: el futuro para mí siempre ha significado ser madre en algún momento, tener muchos nenes, viajar mucho, pasar mucho tiempo fuera de casa y llegar a una madurez y vejez con mi familia lo más sana posible. Quiero disfrutar de la vida, amigos y familia todo el tiempo que pueda y lo mejor que pueda, y tengo la gran suerte de tener muy buena salud, y quiero hacer todo lo que esté en mi mano para continuar así.
Estas son mis razones. No las de una revista de moda, ni una valla de publicidad, ni mi madre diciéndome que tengo que adelgazar. Son mías, 100%, mi camino a una vida más feliz y plena en un cuerpo más fuerte y sano.

Son razones nuevas y por lo tanto necesitan hábitos nuevos. Voy a cambiar un poco el blog, voy a resetear los programas con los que monitorizo la comida y el peso, y en definitiva, voy a empezar de cero. 
Ya no me vale el "mi peso inicial eran 78 y ya he adelgazado 6 kilos, que bien!" Si no el "mi peso inicial son 72 kilos y tengo que llegar a los 64 o menos, a por ello!"

viernes, 10 de junio de 2016

Reinventándome. Capítulo 1: Introducción

Ayer volví a hacer deporte, después de dos semanas tirada en el sofá, y a pesar de estar muy contenta por haber vuelto a mover el culo, me he dado cuenta de que no puedo volver a la misma rutina de antes, por que si mi cuerpo se ha rebelado estas semanas, es que es hora de cambiar de método. Y es que no hay que olvidar que, si el método no funciona, hay que cambiar el método, no la meta!
He estado dándole muchas vueltas y analizando mi dieta y mi ejercicio, para poder avanzar con una nueva rutina mejorada y más eficiente, y he observado lo que me ha funcionado y lo que no estos últimos meses.

Resumiendo, hay tres factores que me han ayudado desde navidades a llevar una vida más sana, a bajar de peso y tonificar mi cuerpo y mente:

- Ejercicio
- Dieta
- Mentalidad

He estado reflexionando sobre los tres puntos y voy a escribir una entrada para cada uno, para contar qué es lo que me ha funcionado hasta ahora, qué ha fallado, y cómo voy a mejorar a partir de ahora.

Y vosotros, cómo os planteáis un cambio de estrategia?

miércoles, 8 de junio de 2016

No me ha dado la gana

He engordado 1 kilo.
 
Había bajado 7 pero he vuelto a engordar 1. Cómo? Dejando de hacer dieta (en parte) y dejando de hacer deporte (del todo) las últimas dos semanas.
 
Ya he dicho varias veces que los kilos no son mi prioridad, pero sí un reflejo de que todo lo demás está en orden. Está claro que si he engordado 1 kilo sin que haya una razón hormonal, es que algo ha pasado.
Y es que las últimas tres semanas he estado dos veces de viaje, he tenido una despedida de soltera/o, ha estado lloviendo (por lo que no he podido salir a correr), he ido a una boda y un gato negro me ha mirado.
 
<<Modo Ironía ON>>
Lo del gato negro es especialmente relevante por que es la razón más importante por la que he dejado casi de tomar fruta, me he atiborrado a chocolate y he plantado mi culo en el sofá durante tanto tiempo. Es una excusa suficiente para no haber dejado de comer embutido por un tubo y la fruta ni olerla.
<<Modo Ironía OFF>>
 
Pues eso, que ningún gato me ha mirado. De hecho por mi barrio hay muchos ratoncitos así que gatos pues más bien pocos.

Pero si no me ha mirado un gato, cuales son mis excusas? Pues la verdad es que no hay ninguna excusa, lo que hay es una sola razón por la que no he hecho deporte ni comido todo lo bien que podía: NO ME HA DADO LA GANA.

Ala, ya está! Ya lo he dicho! No me daba la gana hacer deporte! Las últimas dos semanas me apetecía vagear, mi cuerpo y mi mente estaban cansados y querían tumbarse en el sofá y leer, y eso es lo que he hecho. Donde antes encontraba tiempo de sobra para hacer deporte, ahora me faltaba por todos lados - sin ningún tipo de actividad extra.

Creo que lo mejor para seguir adelante es analizar en qué he invertido mi tiempo y mis fuerzas, y cómo me siento después de la vagancia. Podría decir "me ha dado tiempo de hacer un curso intensivo de ganchillo" o "mi cuerpo necesitaba el descanso, ahora me siento mejor", pero la realidad es que el tiempo que no he hecho deporte lo he (mal)gastado tirada en el sofá trasteando con la tablet, y ni mi cuerpo ni mi mente se sienten mejor después del descanso. No estaba cansada, ni enferma, ni necesitaba bajar el ritmo.
Lo que estaba era de bajos ánimos, y eso ha hecho que prefiriera estar apática en el sofá o la cama a activa sobre la esterilla. La apatía es lo peor que hay para el humor, un estado de desgana y desinteres en el que todo es pasivo e insensible.

Lo mejor que puede hacer una persona apática para cambiar su estado es moverse. Bailar, cantar, reir, correr, salir a la calle, respirar aire fresco, ir a un parque, cualquier cosa en la que la mente y el cuerpo se involucren y tengan que trabajar juntos.

La única manera de salir de aquí es haciendo burpees, y eso es lo que me he propuesto para esta tarde. Retomo la bbg, retomo el reto de fruta y verdura, retomo salir a correr, retomo querer a mi cuerpo y tratarlo con el respeto que se merece. Retomo seguir sumando músculos y restando los kilos que aún me alejan de un peso sano y con menos grasa corporal.
Ah, y sobretodo me da la sensación de que voy a retomar las agujetas! Y bien que me van a venir!!

jueves, 2 de junio de 2016

Cuando la gente se da cuenta

Este fin de semana pasado estuve en casa, por la boda de unos amigos.
 
Para mí era importante por que era la primera vez que veía a todos mis amigos de Madrid desde Navidades (es lo que tiene vivir en el extranjero) y estaba algo nerviosa pensando en si se darían cuenta o no de que estoy adelgazando. Hay que decir que con las chicas ya lo había comentado, intentando animar a alguna a que se uniera a la BBG (soy una pesada, lo sé jeje) así que sabían que llevo desde Navidades a plan.
De cualquier manera fue genial verles y que todos me comentaran lo guapa que estaba y lo mucho que se me notaban los 7 kilos menos. Que se dice pronto, pero 7 kilos son muchos!
Además, llevé un vestido que nunca me hubiera atrevido a ponerme, y lo disfruté como una enana.

Me sentía como la chica de rojo cuando tocaban esta canción jejeje
 
Fue muy bonito que todos me felicitaran y animaran - y aunque lo disfruté en el momento, ahora tengo que tener cuidado con tanto halago, y no dormirme en los laureles. Ya he comentado a veces que soy de naturaleza vagoncia (de ahí el mote de marmota) y no siempre muy constante, y por eso tengo que tener cuidado de no conformarme con lo conseguido hasta ahora y seguir adelante. Podría pensar "ya he conseguido lo que quería, que la gente me vea más delgada", pero eso no sería verdad. Eso sólo es vanidad, cuando lo que yo busco es una vida más sana, un cuerpo más firme, más fuerte y más capaz de hacer maravillas.

Así que por ahora disfruto de que la gente note el cambio, pero no significa que deje de hacer deporte o comer sano, qué sentido tendría?
 
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