Todo el mundo debería recibir un regalo en Navidad... y digo Navidad queriendo decir "algún momento del año", sin importar la razón.
Esto no va de deporte ni de BBG, es algo que han organizado en mi oficina y me parece una idea tan genial y tan buena que tenía que compartirla sí o sí.
Los habitantes del centro de acogida Franziskuswerk Schönbrunn, jóvenes y mayores con necesidades especiales, no siempre reciben un regalo en Navidad. A veces no tienen de quién recibirlo, otras no hay recursos, por lo que han escrito cada uno un deseo para este año, en tarjetas en forma de bola de árbol de Navidad. De este árbol tan especial, colocado en medio de la cafetería de mi oficina, hemos podido recoger los trabajadores uno o varios deseos y hacerlos realidad. Y por cada deseo, nuestra empresa dona otros tantos 5€ al centro. Y nosotros nos llevábamos un adorno hecho a mano.
Los deseos que yo he escogido han sido unos leggins de C&A para Paula, una chica de 17 años, y un reloj de pulsera para Herr Bauer, un señor de 65 años. De paso les he puesto un Papá Noel de chocolate y una tarjeta deseándoles Feliz Navidad y Feliz Año Nuevo. Igual es un poco tonto, pero me apetecía que tuvieran al menos una felicitación.
Estaba un poco preocupada por que todos los deseos se recogieran, y me ha alegrado ver que hoy (a dos semanas de tope para entregar los regalos) está el arbol vacío de deseos. Y que la mesa de regalos está a rebosar de ellos!!
En España hay una iniciativa parecida, Reyes Magos de Verdad, y animo a cualquiera que estuviera pensando en ello que se lance a participar.
Me encanta hacer regalos y recibirlos, me gusta mucho pensar en qué le puede gustar a la persona que lo recibe, y me gusta mucho imaginarme a quien me lo ha regalado pensando en qué me puede gustar a mí. Lo que más ilusión me hace es saber que alguien ha estado invirtiendo su tiempo y su mente en encontrar algo que me pueda gustar, sin importar el precio. De hecho fue una de las cosas más bonitas de la boda, ver que la gente se había estrujado el cerebro pensando en nosotros.
Creo que todo el mundo se merece ese sentimiento.
Por eso espero que a Paula y a Herr Bauer les gusten los regalos, que se sientan un poco más felices al saber que alguien ha querido hacerles un regalo, que ha pensado en ellos.
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