martes, 20 de septiembre de 2016

Mi pobre uñita RIP

Hace un mes pasé un fin de semana de senderismo en los alpes bávaros, y todo fue bonito y feliz hasta que, a mitad de la bajada del segundo día, empecé a darme golpes contra la punta de la bota izquierda. Pisando raro y con algo de dolor conseguí terminar la bajada de forma más o menos digna, pero segura de que tenía sangre en el pie si o si. Resultó que yo soy un poco exagerada y no había nada de nada, pero durante los días siguientes la uña fue poniendose colorada, para pasar a marrón. 

Ayer la pobre uña claudicó y tuve que despedirme de ella. No voy a entrar en detalles por que el rugbier casi se me desmaya al contarle cómo fue la despedida, ni voy a subir fotos por que ya les he mandado una a mis hermanas y su respuesta ha sido "q asco en serio q asco" y "tiene pinta un poco horrible la verdad". 

Pero la pobre uñita se merecía una despedida con honores y quería al menos dedicarle una entrada corta del blog. 

Y vosotros, habéis sufrido también alguna vez una pérdida uñil?

2 comentarios:

  1. Qué faena, y en medio de tus vacas! A mí me pasó en el meñique del pie izquierdo por un golpe que me di. Vaya si vi las estrellas! Creía que me lo había roto, en serio. Poco a poco fue creciendo, pero su superficie no es lisa, la limo para darle mejor apariencia y pintada no se nota nada de nada. Ojalá no te doliera y pudieras disfrutar del resto de días! Un besote!

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    Respuestas
    1. La verdad es que en la bajada dolió bastante, pero un par de días después simplemente pasó a ser muy feo. Lo bueno es que ahora, sin uña, no noto diferencia, no me duele ni me molesta, tampoco al hacer deporte, así que no es tan malo!
      Lo de los golpes en el dedo pequeñito da para un libro... parece un detector de patas de sillas y mesas!!

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