A veces se baja... y a veces se sube

Con lo contenta que andaba yo estas últimas semanas, super motivada con la dieta, el deporte y mis charlas motivacionales a mi misma, y ha sido irme un finde de esquí tiroles y DESASTRE.

 

Iba a escribir un par de quejas hacia los restaurantes en las estaciones de esquí, pero voy a ser sincera: había sopitas y ensaladas en la carta, pero yo me fui al cordon bleu, las patatas fritas, hamburguesota,... así que igual algo de Mea Culpa debo entonar.

 

Se me junta el descontrol durante el fin de semana entero con unos insufribles días de premenstruación que vienen este mes en su versión sensiblera, dolorosa e hinchada. Lo dicho, se me suma el hambre con las ganas de comer, y este miércoles peso 800 gramos más que el miércoles pasado.

 

Como me siento cuando me viene la regla.

Podría pensar: la BBG no ha servido de nada, para que voy a seguir haciéndola, sufrir, si esta semana he engordado?

O podría pensar: A la mierda la dieta, es inutil, siempre voy a engordar de nuevo lo poco que adelgazo, para esto no sufro y como lo que me da la gana!

 

Pero también podría pensar: Bueno, esto es puntual, si  me esfuerzo más esta semana y hago el doble de BBG y me quito el desayuno y ceno sólo yogur seguro que adelgazo de nuevo.

 

Y las tres opciones están mal. Ninguna me hace feliz, y yo estoy aquí para ser feliz, no para sufrir. (De hecho las dos primeras se pueden comparar a dejar la carrera al primer suspenso. Y si algo he aprendido de estudiar una ingeniería, es que se puede suspender mil veces, pero con perseverancia y esfuerzo todo se acaba aprobando - same here).

 

La dieta no es sufrimiento. El deporte no es sufrimiento. Son hábitos que disfruto, que quiero que formen parte de mi rutina como respirar, ducharme o dormir, cosas que hago por que son necesarias para mi salud, son naturales.

Así que un par de días con un poco más de peso no son un fracaso, son un recordatorio: Me dicen que mi cuerpo es más feliz cuando como de forma saludable, y que se desequilibra si no lo hago.

 

Ah, y otra cosita: Este invierno es el primero que no sufro sobrecarga en las piernas durante el esquí, ni agujetas los días posteriores. Y no es casualidad, claro.