Esta es una carta que la Marmota del presente le escribe a la Marmota del futuro. Es un futuro abierto y empieza en el momento mismo en el que publico la carta.
Querida Marmota del Futuro,
yo, la Marmota del Presente, he estado esforzándome mucho estos últimos meses para conseguir mejorar mi nivel de salud, y estoy muy orgullosa de lo que he conseguido. Sin embargo, aún me falta mucho camino por recorrer, y por lo tanto te escribo para que me ayudes a conseguir nuestro objetivo común.
Hay dos cosas importantes que necesito que sepas y que tengas en cuenta en los momentos de flaqueza, pues es fácil olvidarse de ellas.
La primera es que te gusta mucho la sensación de después de hacer deporte. Si no me crees, puedes leer cualquier entrada dedicada a correr o a la BBG de este blog y verás que es cierto. Hay una palabra que define muy bien tu sentimiento al acabar una carrera, da igual los kilómetros, o una sesión de BBG, da igual la dureza: Empoderamiento. Te sientes fuerte, te sientes sana, te sientes dueña de tu cuerpo y de tu mente. Eres tú quien decide y eso te da poder sobre tu vida. Este poder te hace sonreir, sentirte plena y feliz, y te hace andar con la cabeza alta y orgullosa de tí misma.
Habrá días que vuelvas tarde del trabajo, cansada, con pocas fuerzas, y no encuentres ninguna razón para hacer deporte y mil razones para no hacerlo. Te aviso que esos días, si al final gana la apatía, la que habrás perdido serás tú. Te sentirás fatal y aunque es cierto que no eres muy de fustigarte, te dará pena y rabia haber perdido la tarde en tonterías en vez de hacer algo bueno por tí y tu cuerpo. Son los días en los que, si haces deporte, te sentirás el doble de bien por ello.
La segunda es que cuando comes lo que no debes lo pasas muy mal después. Como sé que no quieres creerlo, te voy a poner un ejemplo: ayer cenaste lo que no debías, un plato de pasta con mozzarella muy grande y muy grasoso y salado. Después te sentiste muy hinchada, muy llena, con dolor de tripa, retortijones y gases. No pudiste dormir bien por que te dolía el estómago mucho y no podías hacer nada para calmarlo.
Piensa que ya has renunciado a muchas comidas malas y poco sanas: refrescos, alcohol duro, patatas y chips de bolsa, queso barato, salsas malas,... el camino que llevas recorriendo los últimos meses ha dado sus resultados, y comer más verdura y fruta te hace estar de mejor humor el día entero, vas mejor al baño y no te sientes hinchada. Son muy pocos los caprichos malos que te quedan por desterrar, y además ya no los disfrutas como antes, por que tu cuerpo los rechaza. Es algo así como una resaca por comida mala.
Los días que la cabeza te pida comida mala, piensa en tu cuerpo y tu estómago y pregúntales qué quieren ellos. Te sentirás, igual que con el deporte, poderosa por ser tú quien manda y decide.
No te pido que comas siempre, siempre bien, ni que hagas todo el rato deporte. Sólo que, cuando estés en la encrucijada, pienses en cómo quieres sentirte después.
(Y si todo falla piensa en lo buenorra que te estás poniendo y en lo que mola que la gente te lo diga!)
Con todo mi cariño,
La Marmota del Presente
Ole! Pues eso, nada más que añadir! Un besazo
ResponderEliminarYo también soy destinataria de esa carta, ja ja ja. Lo del ejercicio y la sensación que produce es tal cual, y a veces se me olvida...
ResponderEliminarBesotes