Hemos revendido una vitrina enorme que no me gustaba nada, y que en la nueva casa no vamos a necesitar, pues la cocina será más grande.
También un mueble de baño que tampoco nos hace ya falta.
Hemos regalado una pequeña estantería a unos amigos que también se acaban de mudar a piso nuevo.
Hemos regalado POR FIN la elíptica a través de internet a una parejita de alemanes que tienen pinta de ir a usarla más que nosotros (aunque tenían el culo más fino que nosotros).
He regalado a una amiga la bici y una pala de padel que en su momento compré y nunca he estrenado.
Para rematar dejamos una caja con cositas varias en la calle delante del portal con un cartelito diciendo "para regalar", y un par de horas más tardes recogimos la caja vacía.
Todo esto me ha hecho reflexionar sobre la cantidad de cosas que se tienen en casa sin usarse, algunas sin haber sido usadas nunca. Es muy triste almacenar sin medida y sin sentido cuando hay tantas otras personas que apenas llegan a final de mes. Nosotros hemos decidido cambiar nuestros hábitos consumistas de dos maneras:
- No comprar más de lo necesario. Y para decidirlo hablamos de necesidad tipo: necesito una silla por que si no me siento en el suelo, y no del tipo: necesito esta camiseta porque he tenido un mal día en el trabajo y me lo merezco. Compramos con la cabeza, no con el corazón.
- Donar todo lo que no necesitemos. Quitando los casos en los que revendemos, más para darle un valor al objeto que por que nos haga ricos, lo demás lo donamos a la cruz roja, o lo regalamos a otras personas que vayan a darles un mejor uso.
La próxima vez espero no tener que esperar a otra mudanza (no por favor!) para darme cuenta de que me sobran muchas cosas.
Y vosotros, también estáis de limpieza pre-primaveral?
No hay comentarios:
Publicar un comentario