Iba llamar a la entrada "Deporte en las vacaciones" pero creo que es distinto hacer vacaciones con más tiempo libre de lo normal, que hacer deporte durante unas vacaciones con viajes y muchas actividades programadas. En el primer caso en principio hay más tiempo para dedicarse a uno mismo y para incluso probar cosas nuevas, y en el segundo caso el tiempo está más restringido y si se viaja a otros países puede que los deportes sean distintos o nuevos. En mi caso fue el segundo tipo, y estoy muy contenta de haber introducido el deporte como algo natural en el viaje, sin dejar de hacer otras mil cosas, ni dejar de zampar (mucho) ni beber (también mucho). Lo que quiero decir es que no me he obsesionado, simplemente he introducido actividades sanotas dentro del plan de viaje sin que el resto se resintiera.
Caminar, caminar, caminar
Al rugbier y a mí nos mola mucho andar, y más cuando estamos de turisteo. Nos gusta patear ciudades y perdernos por barrios turísticos y desconocidos, no somos los usuarios ideales del transporte público y menos aún taxis. Y en ciudades como Bangkok, donde los taxis son sustituidos por tuk-tuks que están deseando timarte por tu carita blancucia de turista (a la vuelta estabamos un poco morenitos, pero los primeros días parecíamos los primos de Edward Cullen), así que nos decidimos por andar y conocer el Bangkok algo menos turístico, y prescindimos del todo de tuk-tuks. Y todo positivo: nos ahorramos pasta, vemos más de la ciudad, y quemamos las cervezas Tiger.
Para haceros una idea, el día que más andamos fueron unos 25 kilómetros.
Senderismo por cascadas
En Laos visitamos varias cascadas y nos pateamos a lo tonto otros 15 kilómetros en una mañana. Podríamos haber alguilado scooters pero ocurren tres cosas: a mí me dan un poco de miedo (ya tuve un accidente con una scooter en Indonesia hace unos años), si ocurre algo en Laos los hospitales brillan por su ausencia, y me parece una manera muy poco ecológica de hacer turismo. Tengo dos piernas y dos pies, no necesito un motor que contamina para moverme.
Lleva-llevame en tu bicicleta
Lo que sí que hicimos fue alquilar bicicletas en la isla de Don Det para visitar las cascadas del Mekong en la isla de al lado Don Khon. Fue una vuelta muy maja, de unos 15km, atravesando arrozales, un antiguo puente francés, y viendo un poco más de la vida local de la que los sitios turísticos muestran.
En Champasak también alquilamos una bicicleta para ir a visitar unos templos a unos 10km de distancia. De nuevo podríamos haber ido en scooter o en tuk-tuk, pero ir en bici nos dio libertad, nos hizo sentir bien, y es que las endorfinas que se liberan durante el ejercicio también están en vacaciones.
Yoga en el atardecer
En instagram sigo a una profesora de Yoga llamada Xuan-Lan que hace unos meses posteó varias fotos de su viaje por Asia, y me enamoraron las fotos de un retiro de yoga cerca de Luang Prabang, nuestra última parada en Laos. Busqué información, pero el hotel donde ella hizo el retiro, pero buscando encontré que había en la ciudad un par de sitios donde daban clases de Yoga. El que más me gustó fue un bar-restaurante llamado Utopía que daba clases en una plataforma con vistas al atardecer sobre el río Nam (afluente del Mekong).
Pensaba ir sólo una tarde, mientras el rugbier se quedaba en el bar tomando una cerve y leyendo, y al final repetí una segunda tarde. Fue tan chulo! La profesora era un encanto, muy dulce y muy atenta, y teniendo en cuenta que era una clase de viajeros de distintos niveles de yoga, consiguió que todos nos encontráramos a gusto con la clase. Para mí al menos fueron las mejores clases de yoga a las que he ido: sudé la gota gorda, estiré todos los músculos, y me relajé al final.
Yo soy la maja vestida de gris |
Y vosotros, integráis algun tipo de ejercicio en vuestros viajes?
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