Como buena
ingeniera intento no ver un vaso ni medio lleno, ni medio vacío. El vaso lo que
está es a la mitad.
Y lo bueno
de estar a la mitad, es que está lleno de posibilidades: puedes rellenarlo
hasta arriba con la misma bebida, o mezclar con otra, puedes acabar de bebertelo
y guardar el vaso, o puedes vaciarlo y llenarlo de algo nuevo.
Como
persona, siempre intento verlo medio lleno. No siempre es fácil, pero haciendo
un esfuerzo al menos se puede llegar a pensar en el vaso como “medio lleno”,
aunque el corazón lo sienta “medio vacío”.
En mil
situaciones al día puedo elegir, y lo intento siempre, ver el vaso medio lleno.
Ayer, como ejemplo, salí a correr para disfrutar del solecito otoñal, que de
eso poco por aquí tenemos, y volví a casa con un par de pensamientos negativos:
no he sido muy rápida, si todavía no paso de los 7km, cómo voy a conseguir
10k en la San Silvestre?, me he sentido más cansada de lo normal,… etc etc
etc. Por suerte o por costumbre me di cuenta de ello, y conscientemente cree un
par de pensamientos positivos: hace un año ni lo hubiera intentado, qué
feliz voy a ser cuando pase la meta de la San Silvestre, más lenta hubiera
sido quedandome en casa,…
Y llegué a
casa con una sonrisa de oreja a oreja, feliz y motivada.
Por la
noche salí a cenar con unas amigas y me di cuenta de que el poder de los
pensamientos positivos no solo puedo aplicarlo conmigo misma, también con otros.
Lo sé, soy así de fantástica y generosa. Una amiga me comentó que había hecho 4
años de capoeira, a lo que expresé mi respeto, por que me parece un deporte
bastante completo y complicado, pero ella desechó el elogio comentando Era la
peor de clase. A lo que contesté, Eras mejor que los que nunca fueron a clase.
Sí, a veces digo cosas muy guays. A ella le encantó y sonriendo y hasta un poco
sonrojada me dio la razón.
Está muy
bien exigirse mucho a uno mismo, pero también hay que darse palmaditas en la
espalda por el esfuerzo. No siempre se trata de perder o ganar, y cuando
estamos hablando de un hobby muchísimo menos. Se trata de esforzarse, de
pasarlo bien, de disfrutar, de mirar hacia atrás y ver cuanto se ha avanzado,
mirar hacia alante y alegrarse por lo que aun va a llegar.
Y de remate una frase que mola mucho pero no, no es mía. Hay muchas variaciones y la de Michael Jordan es de las más conocidas, pero no la única manera de expresarlo.
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