miércoles, 27 de enero de 2016

Ahora ya puedo hablar con conocimiento de causa

Y el conocimiento es que las coles de bruselas no me gustan nada. Por favor que cosa más asquerosa.
Pero cómo pueden saber tan mal si tienen una pinta tan cuca?

 
 
Vamos, ya puedo prepararlas ahogadas en bechamel y queso gratinado que seguirán sin gustarme. La textura no es, es como cualquier otro tipo de col, pero es que el sabor... no sé si es agrio, amargo o simplemente asqueroso.
 
Supongo que podría comerlas para adelgazar: y lo conseguiría, por que directamente no me las comería.
 
En fin, no sé si ha quedado claro. NO. ME. GUSTAN. LAS. COLES. DE. BRUSELAS.
 
La moraleja es la siguiente: hay que probarlas al menos una vez.
 
Pero sólo una.

4 comentarios:

  1. jajajajaj a mi me encantan!!! hervidas solo un poco de muzzarella o en un guiso, donde sea jaja

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    1. yo lo he intentado, de verdad! pero no ha podido ser... me quedo con el brocoli que lo he redescubierto y me encanta :)

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  2. Puf, yo las detesto también, de ninguna de las maneras. A parte ya están esos revueltos preparados que traen coles de bruselas y alcachofas (mi enemigo mortal número dos)... Hacen que desaparezca mi fe en la raza humana. ¡Donde se ponga un buen revuelto hecho en casa... (y sin coles de bruselas)!

    No conocía tu blog, ya tienes nueva seguidora. ;)

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    1. bueno lo de las alcachofas es otra lucha, cuando me reponga de las coles lo intentaré con ellas aunque intuyo que la historia acabará parecido :S espero que te guste el blog!! :)

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